Ichigo sería un chico de 15 años como otro cualquiera sino fuera porque desde pequeño ha sido capaz de ver a los espiritus, tocarlos e incluso hablar con ellos. A pesar de todo, Ichigo había vivido una vida relativamente normal en el pueblo de Karakura, donde su padre lleva la clínica del lugar, hasta que una noche una chica misteriosa llamada Rukia entra en su habitación.
Rukia, que había llegado hasta allí en busca de una clase de monstruo llamado Hollow para eliminarlo, se encuentra con que Ichigo es capaz de verla. Sorprendida le explica que ella es un Shinigami (Dios de la Muerte) que ha bajado a la tierra con la labor de eliminar a los espíritus corrompidos que vagan por la tierra deborando almas, los Hollows, y orientar a los espíritus corrientes, los Plus, enviándolos a la Sociedad de Almas. Rukia también le explica que últimamente le está costando demasiado detectar la presencia de los Hollows, como si una fuerza extraordinaria estuviera inhibiendo sus sentidos.
Es entonces cuando uno de estos espíritus malignos llamados Hollows irrumpe en casa de Ichigo, atacando a su familia. Ichigo inmediatamente sale en su defensa. Sin embargo, pese a que Rukia ya se había percatado de que aquella fuerza espiritual tan extraordinaria que confundía sus sentidos no era otra que la del propio Ichigo, la fuerza física de un humano no es suficiente para acabar con un Hollow y Rukia se ve obligada a intervenir si quiere salvarle la vida, acabando así ella misma gravemente herida. Sin los poderes de un Shinigami para poder combatir al Hollow, Rukia le explica a Ichigo que la única forma ahora de salvar a su familia es que él mismo se convierta en Shinigami atravesando su corazón con su Zanpakutou (espada mata-almas). Ichigo accede sin dudarlo para poder salvar la vida de su familia.
Rukia, como todos los Shinigamis debilitados se ve forzada desde ese día a ocupar un Gigai, un cuerpo artificial hasta que sus poderes de Shinigami se recuperen. Ichigo, que es ahora el que se encuentra en posesión de los poderes de Shinigami que Rukia le transfirió, tendrá que encargarse mientras de llevar a cabo la labor de Rukia como Shinigami en ese distrito, convirtiéndose en un Shinigami sustituto y enfrentándose a todos los retos que eso conlleva.
Rukia, que había llegado hasta allí en busca de una clase de monstruo llamado Hollow para eliminarlo, se encuentra con que Ichigo es capaz de verla. Sorprendida le explica que ella es un Shinigami (Dios de la Muerte) que ha bajado a la tierra con la labor de eliminar a los espíritus corrompidos que vagan por la tierra deborando almas, los Hollows, y orientar a los espíritus corrientes, los Plus, enviándolos a la Sociedad de Almas. Rukia también le explica que últimamente le está costando demasiado detectar la presencia de los Hollows, como si una fuerza extraordinaria estuviera inhibiendo sus sentidos.
Es entonces cuando uno de estos espíritus malignos llamados Hollows irrumpe en casa de Ichigo, atacando a su familia. Ichigo inmediatamente sale en su defensa. Sin embargo, pese a que Rukia ya se había percatado de que aquella fuerza espiritual tan extraordinaria que confundía sus sentidos no era otra que la del propio Ichigo, la fuerza física de un humano no es suficiente para acabar con un Hollow y Rukia se ve obligada a intervenir si quiere salvarle la vida, acabando así ella misma gravemente herida. Sin los poderes de un Shinigami para poder combatir al Hollow, Rukia le explica a Ichigo que la única forma ahora de salvar a su familia es que él mismo se convierta en Shinigami atravesando su corazón con su Zanpakutou (espada mata-almas). Ichigo accede sin dudarlo para poder salvar la vida de su familia.
Rukia, como todos los Shinigamis debilitados se ve forzada desde ese día a ocupar un Gigai, un cuerpo artificial hasta que sus poderes de Shinigami se recuperen. Ichigo, que es ahora el que se encuentra en posesión de los poderes de Shinigami que Rukia le transfirió, tendrá que encargarse mientras de llevar a cabo la labor de Rukia como Shinigami en ese distrito, convirtiéndose en un Shinigami sustituto y enfrentándose a todos los retos que eso conlleva.
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